Las falacias lógicas son argumentos que pueden ser refutados a través del razonamiento. A menudo se presentan en forma de declaraciones que parecen sólidas a primera vista, pero que se desmoronan al analizarlas con más detalle. Identificar estas falacias en el discurso de los demás, así como en el propio, puede fortalecer la capacidad de pensamiento crítico y mejorar tanto la escritura como la lectura.
Orígenes históricos de las falacias lógicas
Aunque las falacias lógicas probablemente existen desde que el lenguaje se desarrolló, fueron reconocidas y catalogadas por primera vez en los Nyāya-Sūtras, el texto fundamental de la escuela de filosofía hindú Nyāya. El filósofo griego Aristóteles también escribió sobre ellas, identificando trece tipos de falacias en su obra "Refutaciones sofísticas". A partir de estos primeros textos y de las contribuciones de otros eruditos posteriores, como Richard Whately y Francis Bacon, hemos construido nuestra comprensión actual de las falacias lógicas.
Lugares comunes de las falacias lógicas
Las falacias lógicas pueden encontrarse en diversos entornos, desde debates informales en redes sociales hasta escritos académicos y de persuasión. No están limitadas a ningún grupo en particular, ya que forman parte de la condición humana. A menudo, las personas caen en el uso de estas falacias por falta de reflexión, aunque en ocasiones se utilizan intencionalmente para influir en la opinión de los lectores o para desacreditar a la oposición.
15 tipos comunes de falacias lógicas
- Ad hominem: Atacar al oponente en lugar de refutar su argumento.
- Red herring: Desviar la atención introduciendo puntos irrelevantes.
- Hombre de paja: Distorsionar la posición del oponente para refutar una versión exagerada de su argumento.
- Equívoco: Utilizar la ambigüedad o la confusión en la formulación de un argumento.
- Pendiente resbaladiza: Afirmar una secuencia de eventos sin evidencia que lo respalde.
- Generalización apresurada: Sacar conclusiones basadas en ejemplos limitados.
- Apelación a la autoridad: Invocar la autoridad de una figura irrelevante para respaldar un argumento.
- Falsa dicotomía: Plantear una elección entre dos opciones extremas, ignorando otras posibilidades intermedias.
- Falacia del tren de bandwagon: Argumentar que una acción es correcta porque es popular.
- Apelación a la ignorancia: Considerar que algo es verdadero o falso por falta de pruebas en contrario.
- Argumento circular: Utilizar la misma afirmación como premisa y conclusión sin introducir nueva información.
- Falacia del costo hundido: Justificar una acción basándose en el tiempo o dinero ya invertido en ella.
- Apelación a la piedad: Tratar de influir emocionalmente en la opinión de alguien.
- Falacia causal: Establecer una relación causal entre dos fenómenos sin evidencia que lo respalde.
- Apelación a la hipocresía: Responder a un argumento con críticas reactivas en lugar de refutarlo directamente.
Ejemplos de falacias lógicas
- "Mi padre me regañó por recibir una multa de velocidad, así que le pregunté por todas las multas que acumuló cuando tenía mi edad." (Apelación a la hipocresía)
- "Los extraterrestres no existen. Si existieran, ya habríamos visto uno." (Apelación a la ignorancia)
- "Quiero cambiar mi carrera a inglés, pero ya casi termino mi licenciatura en química." (Falacia del costo hundido)
Cómo evitar el uso de falacias lógicas
Evitar el uso de falacias lógicas en la escritura implica reflexionar minuciosamente sobre cada argumento, respaldar las afirmaciones con hechos y no contradecir previas declaraciones. Al enfrentar estas falacias en el propio trabajo, es crucial reconstruir las posiciones para garantizar la lógica. El objetivo es presentar ideas sólidas de manera coherente y convincente, sin caer en argumentos ilógicos que puedan socavar la credibilidad del texto.